Esta novela narra la siguiente historia:
Siglo XII. Mencía va a trabajar con doña Cristina Rodríguez, la hija de Rodrigo Díaz de Vivar. Es fuerte, trabajadora, aunque tiene un pequeño defecto: ha aprendido a leer y escribir.
Sin embargo, ese defecto le vendrá muy bien a doña Cristina, pues necesita un escribiente que plasme en el papel las hazañas de su padre, el Cid Campeador.
Y los años pasan...
Esta adaptación consta de 3 cantares:
- Primer Cantar, El Destierro del Cid:
Doña Cristina Rodríguez, la hija de Rodrigo Díaz de Vivar decide plasmar las hazañas realizadas décadas atrás por su padre, con la ayuda de la pequeña Mencía.
- Segundo Cantar, Las Bodas de las Hijas del Cid:
Tiempo después por disposición del rey, las hijas del Cid contraen matrimonio con los infantes de Carrión.
- Tercer Cantar, La afrenta de Corpes:
Con el pasar de los años Mencía se casa, tienen hijos y nietos, y decide otorgar a un clérigo los pergaminos de las historias del Cid para que forme cansiones y versos en su honor y poder liberarse del terrible peso de esa responsabilidad.
Análisis de la Forma:
En esta novela María Isabel Molina usa dos narradores, uno externo (objetivo) y durante los relatos de doña Cristina uno interno testigo (voz de doña Cristina).
Como personajes principales se distinguen: Mencía, doña Cristina, Ruy Muñoz, Mío Cid y don García(cada uno tiene carácter redondo).
Al ser una adaptación esta presenta resumen, pues muestra los hechos más importantes, así como también muestra retrospectiva, pues muestra saltos al pasado durante las narraciones de doña Cristina.
Esta historia es interesante, atractiva, emocionante, complicada, maravillosa y vale la pena dedicarle tiempo, pues durante su trama te atrae y te deja la duda de qué pasará después.
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